Conducción y liderazgo: las claves de la dirección empresarial

El estilo de dirección, conducción o liderazgo marcará sin dudas el rumbo que tome tu empresa. Aprender a delegar, sigue siendo aún un desafío para los dueños de Pequeñas y Medianas empresas y de empresas familiares.

El principal temor a la hora de delegar es el de la pérdida del control. Es así y no porque lo decimos nosotros: lo dicen ustedes, los dueños de pymes y empresas familiares. A lo largo de estos años lo escuchamos muchas veces y de muchas maneras diferentes pero lo escuchamos casi siempre de dueños que llegan porque la empresa los absorbe por completo o porque identifican que las horas del día no alcanzan (incluyendo la de fines de semana) para hacer todo lo que tenemos que hacer para sostenerla.

Aunque ya hemos hablado de mecanismos de control que nos permiten hacer un seguimiento de las tareas que se delegan dentro de la empresa, no siempre son suficientes. Nos cuesta entender que el camino es la delegación porque nos gana el temor. Y el temor nos gana porque tal vez entendemos la delegación como un sinónimo de desligarse, cuando en realidad no te estás desligando de nada.

Si ya sabes que es la hora de empezar a delegar o al menos eso te hace un poquito de ruido en tu cabeza, estás en el momento de dar un paso más: entender cuáles son las tareas que otro podría hacer por nosotros y cuáles requieren exclusivamente de nuestra dedicación. Cuando estés preparado el siguiente paso será asignar un nombre a esa tarea o enumerar una serie de habilidades que tiene que tener quien se encargue de ellas.

Suponiendo que ya tenes a ese alguien entre tus filas, llega el proceso de la delegación propiamente dicha. La tarea deja de ser tuya y pasas a confiarsela a otro miembro del equipo. ¿Qué es lo fundamental acá? La comunicación. Cuando delegas no le estás pidiendo a alguien un favor. Cuando delegas el otro tiene que entender que le estás asignando una parte de una responsabilidad y hablamos de una parte porque como dueño de una empresa, ante los ojos del resto, sos el responsable de todo lo que se hace y todo lo que pasa adentro de esa organización.

Lo que sigue es una parte fundamental del proceso de delegación: esperar a que suceda sin caer en la tentación de resolverlo nosotros. Entender que ahora tenes tiempo para sentarte a mirar un poco más allá que es al fin y al cabo la razón por la que sos el conductor de la empresa. Reutilizar el tiempo que usabas para resolver el día a día en la estrategia, en pensar en objetivos, en encontrar nuevas herramientas y tecnologías para llevar a tu empresa al siguiente nivel. En conclusión entender que monitorear es sinónimo de ‘dar seguimiento’ y antónimo de intromisión.

“Necesito dejar lo operativo para pasar a lo operativo sin perder el control”. Nicolás sabía que para dar el siguiente paso, necesitaba mejorar algunas habilidades de conducción .