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Aprender a delegar quizás sea una de las lecciones más difíciles a la que nos tendremos que enfrentar en nuestra vida laboral, especialmente en el caso de dueños de empresas familiares que llevan mucho tiempo a la cabeza del negocio, o de pymes, dónde los tiempos y costos deben optimizarse al detalle.
Sin embargo, es crucial aprender a delegar algunas tareas y saber que perder un poco el control no significa perder el mando. Una de las falacias más comunes es pensar que hacer el trabajo uno mismo toma menos tiempo que entregárselo a otro. Si quieres que algo esté bien hecho, hazlo tú mismo, dice el dicho. Pero en la práctica, cuando delegamos una tarea, podemos sumarle nuevas formas, enriquecer procesos y agregarle un punto de vista que nos permita prestarle atención a cosas que podríamos haber pasado por alto. En esta nota les damos algunos consejos para poder delegar tareas de forma efectiva.
- Seleccionar a la persona idónea: Por más simple que parezca, este es uno de los pasos más importantes a la hora de delegar tareas. Debemos seleccionar al responsable teniendo en cuenta sus aptitudes, su compatibilidad con la tarea y su preparación. La capacidad para asumir responsabilidades y trabajar en equipo son, obviamente, imprescindibles. También es importante seleccionar empleados que no estén sobrecargados de trabajo, solamente porque son en los que más confiamos, ya que probablemente esto resulte asfixiante para la persona y no produzca los resultados deseados.
- Delegar responsabilidad y autoridad: Con delegar solamente la responsabilidad por la tarea a realizar no alcanza. Debemos investir a la persona de cierta autoridad para tomar decisiones a la hora de realizar el trabajo, para que pueda así hacerlo libremente y desempeñarse al máximo de su potencial, lo cual producirá los mejores resultados posibles.
- Establecer fechas y resultados claros: Debemos ser claros en cuanto a cuál queremos que sea el resultado de la tarea finalizada y cuál es la fecha límite para completarla. Esto es primordial, porque permitirá a la persona a la cual hemos delegado el trabajo organizar sus tiempos de acuerdo a su personalidad o a las demás tareas que tenga a cargo y producir el resultado deseado.
- Establecer un proceso de control: Para no ceder totalmente la batuta se puede establecer un proceso de control, con reportes periódicos, que nos permita ver el avance realizado por nuestro empleado. Esta es una buena oportunidad para generar un feedback y corregir posibles errores.
- Permitir libertad de elección: Uno de los puntos más difíciles es poder darle al empleado al cual delegamos una tarea cierta libertad de elección, por ejemplo, en cuanto al cómo la realiza. Sus métodos pueden no ser los que utilizaríamos nosotros, pero no por eso son malos. Muchas veces, las empresas sufren de procesos fosilizados y prácticas arraigadas en la tradición. El “porque se hace así” no siempre es correcto.
Delegar es una de las claves del liderazgo exitoso, denota confianza en los empleados y nos retribuye a su vez con la satisfacción que en ellos el saberse dignos de nuestra confianza. Debemos siempre recordar que nuestros empleados no son niños y seguramente hayan armado una carrera laboral extensa, en la cual los procesos no siempre han sido los mismos. Lo más probable es que esta diversidad enriquezca y amplifique nuestra mirada del negocio. “A mi manera” no debería ser el himno personal de ningún líder que se precie de tal.