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La relación directa entre la motivación de nuestros empleados y su resultado en la productividad de la empresa es harto conocida. Pero lograr que un empleado “se ponga la camiseta” no es cosa fácil. Especialmente en el caso de muchas pymes y empresas familiares, que a menudo no cuentan con los medios necesarios en el departamento de recursos humanos, generar la motivación necesaria para que sus empleados rindan al máximo de sus capacidades sigue siendo un misterio. Si bien no existe un método único, ya que todos los empleados y todas las empresas son diferentes, en esta nota les damos algunos indicios de cómo lograr que nuestros empleados estén motivados, para que esto re refleje directamente en la productividad del negocio.
- Confianza: La confianza es el elemento más importante en la relación empleado-empleador. Pero debe ser mutua y funcionar como una calle de dos vías. Un empleado que se da cuenta de que su empleador vela por sus intereses, sabe que puede confiar en él. Del mismo modo, cuando el empleador confía en que sus empleados harán el mejor trabajo posible –y se los hace saber- aumenta la motivación en el empleado para llevar a cabo sus tareas diarias satisfactoriamente.
- Establecer un sistema de recompensas: Porque no solo de palabras vive el hombre… A menudo un empleado que se siente recompensado por su trabajo tiende comprometerse más con sus actividades y a esforzarse más por alcanzar las metas que se le han establecido. Esta recompensa puede darse en forma de bonos monetarios, días libres, descuentos en empresas asociadas o incluso beneficios que se extienden a su tiempo libre –pases para gimnasios, etc- e integran la vida social del empleado a su vida laboral. La motivación extra se verá luego reflejada, seguramente, en la productividad de nuestra empresa.
- Reconocimiento: Si bien la confianza y las recompensas son formas de reconocimiento en sí mismas, muchas veces el reconocimiento expreso otorga el empleado un sentido de logro. No es un elemento menor escuchar de parte de un empleador una felicitación por un trabajo bien hecho. Esto no quiere decir que para mantener a nuestros empleados motivados debamos felicitarlos como niños por cada paso que no termina en caída, pero sí reconocer el esfuerzo hecho en pos de lograr una relación empleado-empleador que genere en los primeros la motivación necesaria para que nuestro negocio aumente su productividad.
- ¡Felicidad!: Desde ya, un empleado infeliz es un empleado desmotivado. Es importante ver si los empleados realmente están felices con el trabajo que realizan. Muchas veces esto no surge de una simple conversación, ya que un empleado que esté preocupado por perder su puesto laboral podría no expresar abiertamente su descontento. La satisfacción de nuestros empleados puede evaluarse en forma más objetiva mediante la consultoría externa, que nos ayudará a motivar a cada empleado de acuerdo a sus aptitudes personales y desempeño laboral.
Mejorar un negocio también significa prestarle atención a las personas que lo llevan adelante. Buscar modos de mantener motivado a nuestro personal que se ajusten a nuestra empresa e invertir los recursos y tiempo necesarios para que esto suceda, arrojará una un plus en la relación costo-beneficio que se verá reflejado en la productividad.