¿Cómo medir el rendimiento del equipo en pandemia?

Hace más de un año, la pandemia golpeaba a la mayoría de los países latinoamericanos y nos obligaba a encontrar nuevas formas de relacionarnos, de estudiar, de comprar y por supuesto, también, de trabajar. En aquel entonces, hablábamos de trabajo remoto como una forma de inexplorada para PyMES y Empresas Familiares. Hoy, un año después, nos planteamos modelos híbridos de trabajo que combinen el teletrabajo y la presencialidad parcial en las oficinas.

Durante todo este año no solo redefinimos la forma de vida sino que también redefinimos modelos de trabajo, prioridades y en ello nos dimos cuenta que las empresas son capaces de cambiar y adaptarse aún más rápido de lo que suponíamos. Por supuesto, la manera en la que medimos la productividad de los miembros del equipo también cambió o, al menos, a esta altura ya deberías haber contemplado cambiarla.

Si vamos a mirar el vaso medio lleno, la pandemia vino a nutrirnos de herramientas digitales que nos permiten medir la productividad de nuestro equipo de trabajo como nunca antes. No nos quedó otra opción más que abrirnos a la digitalización. De hecho, un reciente estudio de Accenture asegura que el 47% de los ejecutivos globales que consultaron afirman haber invertido en herramientas digitales de colaboración.

¿Por qué los modelos basados en tareas ya no sirven?

Desde Kluger Consultores siempre pusimos el foco en la importancia de medir ya que como dice la reconocida frase del físico Wiliam Kelvin “Lo que no se mide no se puede mejorar”. Medir la productividad, no es menos importante que medir el resultado final. La no presencialidad nos llena de dudas sobre el rendimiento y la dedicación del otro en sus tareas y precisamente centrarnos en ellas puede ser una manera efectiva de obtener una visión general de lo que sucede detrás de la pantalla.

En esta metodología requiere, en primera medida, que tengas un mapeo general de cómo se dividen esas tareas y, por otro lado, cómo se van concatenando para llegar al resultado final. ¿Por qué? Por que desde ya que el incumplimiento de una tarea en tiempo y forma de uno de los miembros del equipo puede afectar la productividad de otro y así se genera el indeseado efecto dominó que en algún momento se transforma en cuello de botella.

Otro modo práctico es el de la dirección o administración por objetivos, de la que ya te hablamos en esta nota. Este tipo de metodología requiere que dejemos de centrarnos en las tareas y transformarlas en un resultado final. En pocas palabras, la idea es dividir ese resultado en pequeñas metas y que esas pequeñas metas tengan asignados responsables. Esta metodología va a permitirte dejar de pensar en lo ‘que podría pasar si’ y empezar a medir lo que se podría lograr.

No hay una metodología general que permita medir la productividad de cualquier empresa. Cada PyME tiene su ADN, sus características, su realidad, su impronta. Lo que si es cierto es que ya no podemos medir el rendimiento de la empresa o la productividad de un empleado al igual que lo hacíamos antes de marzo 2020.

Si necesitás asesoramiento o querés conocer de que manera podemos ayudarte a mejorar los resultados de tu PyME, el camino continúa por aquí.

Conoce las metodologías que te permiten reencontrarte con el mando y lograr el control de la PyME.