3 desafíos que tienen las PyMES para lograr su continuidad

Conocemos el mundo de las PyMES desde hace más de dos décadas. A lo largo de estos años, entendimos cuáles son los fantasmas a los que se enfrentan los dueños de Pequeñas y Medianas Empresas y de empresas familiares. Por lo general, en el desafío de supervivencia que enfrentan a diario, solemos encontrar una suerte de patrones que se repiten una y otra vez. Si bien cada empresa es única, las causas de aquello que hace tambalear su continuidad tiene que ver con lo mismo.

Kluger Consultores - Continuidad de la empresa

Hay algo que se repite a lo largo y a lo ancho de la región: si bien las PyMES son la principal fuente de trabajo en Latinoamérica, están atravesadas por crisis económicas, políticas, sociales e institucionales casi como si no existieran las fronteras territoriales. Estos escenarios, abren paso al primer desafío: las crisis de liquidez.

¿Cuándo atravesamos una crisis de liquidez? Cuando salir corriendo para cubrir los bancos se vuelve una constante. El ahogo financiero es una de las principales causas de estrés en los empresarios y desde allí es imposible que no afecte al clima laboral y el desempeño del equipo. Es como una gran bola de nieve que avanza con todo y sentimos que no podemos detener.

Muchas veces las causas de las crisis de liquidez son silenciosas por eso, las condiciones en las que se dan nuestros negocios, son tan importantes y decisivas. El traslado de la inflación a precios, una baja pronunciada de las ventas, la saturación y poca renovación de la cartera de clientes, una crisis de abastecimiento. Todo repercute en el corto plazo y puede ponernos en jaque.

Los dos desafíos que siguen tienen que ver con la familia: no es nuevo que los límites se confunden y la conflictividad impacta de lleno en el futuro de la empresa así como también pasa lo mismo con el momento de la sucesión.

Dentro de los conflictos familiares que se dan de manera más común está el desembarco de los hijos en la empresa. A veces, la nueva generación suele llegar sin demasiada planificación y se hace difícil que encuentren su lugar. Empiezan los choques generacionales que afectan a la calidad del trabajo y, por supuesto, a la vida familiar. En otras, sin embargo, las posiciones están más definidas o consolidadas, realizando aportes que mejoran la gestión y ahí es cuando aparece la tensión y los choques por quién tiene el poder.

El último punto de quiebre tiene que ver con el momento en el que se traspasa el liderazgo y cómo preparamos a la estructura (tanto familiar como la laboral) para que esa transición no impacte de lleno en el desempeño general. Ya hemos hablado de la importancia del Protocolo Familiar en estas empresas y por qué todas las empresas deberían tener este plan que vaya preparando a los posibles candidatos a ocupar la dirección de la PyME.

Si te gustaría que te acompañemos en la supervivencia y la continuidad de tu PyME, escribinos.