No podemos, ante un empleado disconforme, hacer de cuenta que no pasa nada o, peor aún, llamarle la atención por su insatisfacción. Es importante que los empleados se sientan libres de decir lo que piensan, de expresar sus opiniones y transmitir sus emociones en forma respetuosa. Un líder que utiliza su Inteligencia Emocional no se enoja cuando las opiniones de los demás no son iguales que las suyas, sino que espera la diferencia y la celebra.
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